Hector Catano

Business Man narra mediante composición simultánea las 24 horas del día en la vida de un sujeto anónimo, mediante una elipsis de tiempo de un minuto treinta segundos, en donde este personaje anuda su corbata con bastante ceremonia mientras, en otra capa de vídeo, realiza un pulso compitiendo con una compañera de trabajo para ganar la concesión para la construcción de un edificio y posteriormente hacerse de varios miles de dólares.

Dinero Degradado registra el proceso de transformación de una moneda a una lata “sin valor” al modificarla destructivamente, raspándola contra el pavimento y golpeándola con un martillo hasta dejarla completamente lisa, haciendo que desaparezca el contenido iconográfico que le otorga su valor de cambio. Esta acción (realizada sobre una moneda de dos euros de curso legal) funciona como metáfora de la degradación del sujeto representado objetivamente en forma de moneda, sin embargo la acción puede leerse como un gesto que produce el valor agregado a los objetos manipulados o intervenidos por los artistas. Cabe anotar que aunque el valor de la moneda se anuló mediante la acción realizada sobre ésta, su valor objetual ha sido transformado al de un “valor estético”, hecho que podría generar una plusvalía. El objeto resultante (la lata metálica) se exhibe enmarcada en una caja para su contemplación final como objeto artístico, acompañada del video que documenta el proceso de transformación de la moneda.

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​Economía Sacra retoma asuntos que todos nos hemos planteado como individuos sociales o incluso como seres humanos.  Hablar de dinero, éxito, poder o valor implica también pensar en un cierto estado ideal, aquél que se cuestiona a través de las piezas que son producto en sí mimas del consumo de las imágenes cotidianas de periódicos o revistas, las cuales logran instaurar la noción de felicidad como una consecuencia del dinero. Esta dictadura implacable acerca de cuáles pasos se debe seguir para alcanzar el éxito o que aspecto tiene estas personas que se nos presentan como modelos hegemónicos para ser copiados, aparece en las obras de manera siniestra, sugiriendo que en ese “escalar posiciones” nos pisamos los unos a los otros frenéticamente, y que aquello que consideramos como valor, es una idea abstracta y contradictoria en el seno mismo de sus múltiples significados. De manera escueta y a la vez simbólica, estas piezas son "objetos fetiche" que atraen al incauto que se deslumbra con el brillo del metal precioso y en seguida lo persuaden ante la "otra cara de la moneda". Este proyecto alude al imaginario ostentoso que al tiempo cuestiona y señala lo oculto, ominoso y degradado de las relaciones transaccionales, el poder, el arte e incluso de la condición humana.

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